#20 Informe final del 2023: Primera Entrega: Fuera de Carta
Un breve recorrido por los discos que han marcado mi 2023
Esta semana se cierra este primer año de informes. Cuando empecé a escribir este pequeño espacio, no tenía muy claro hacia dónde iría y solo pretendía ser un pequeño ejercicio para dar salida a mi necesidad de registrar lo que iba descubriendo y, a la vez, compartir con los demás mis impresiones. En ningún momento esperé que sería capaz de llegar a publicar un total de 20 entregas, que han cubierto un poco menos de la mitad del año, y comentar tantísimos discos y, mucho menos, que tendría una base de lectores de casi 50 personas, semana tras semana. Al principio, los comentarios eran un poco parcos, con información poco relevante y carentes de estructura, pero poco a poco he ido dando forma a un formato reconocible y esperable que, desde mi punto de vista, ayuda a la lectura y permite acceder al contenido de una forma rápida y eficaz. Además, me permite dedicar tiempo a algunos elementos que considero pertinentes y desarrollar aspectos relacionados con el estilo, el grupo o el disco en concreto. En términos generales, estoy muy contento con todo lo conseguido y no puedo más que agradecer el apoyo y el cariño demostrado a lo largo de todas estas semanas. Me dan fuerza para seguir adelante. Este espacio, es un espacio independiente que se nutre exclusivamente del apoyo demostrado y de las horas de sueño que le echo todos los lunes. El año que viene, espero poder diversificar un poco el contenido y seguir ofreciendo los informes de forma regular. Ojalá el 2024 sea tan increíble como lo ha sido el 2023.
Durante las próximas semanas iré, poco a poco, construyendo una lista con los discos que me han resultado más interesantes a lo largo de este 2023, aunque no necesariamente hayan salido durante este 2023. Para ello, manteniendo la dinámica de los informes, vamos a seguir la guía de la lista de los scrobbles del 2023 de last.fm. Sin embargo, voy a matizar algunos aspectos a nivel de relevancia que deben ser tenido en cuenta antes de empezar. La herramienta de last.fm es muy sensible a la duración, en canciones, de un disco y al id de la canción. De esta forma, si como es el caso, acostumbras a utilizar diferentes formatos, los nombres pueden aparecer distorsionados. Es la razón que explica que Petrodragonic, aparezca en el 90 o que The Dream tenga hasta 3 entradas diferentes. Por tanto, y aun a pesar de que he intentado ser muy concienzudo a la hora de realizar el registro, los datos no son todo lo precisos que me gustaría. Aun así, a modo de guía, voy a seguir la lista del año pero no siempre los voy a colocar en el mismo orden. En términos generales, voy a intentar establecer un orden de prelación, especialmente en la segunda y la tercera entrega, pero tampoco pretendo que sea algo inamovible, hay muchos discos que han definido el año y me resulta casi imposible ponerlos delante o detrás en orden de importancia. Además, el gusto, la música y la percepción emocional que puede transmitir un disco en un momento concreto es algo muy complicado de ordenar y las preferencias únicamente se basan en el sabor que me ha dejado a día de hoy y no tanto en la cantidad de veces que lo he escuchado a lo largo del año.
Este informe de final de año se va a componer, por tanto, de una serie de tres publicaciones con un total de 10 discos cada una. La primera, esta que nos ocupa, va a listar los 10 discos que, de una forma u otra, han estado presentes en mi año pero que considero que son menos relevantes que la lista de los 20 discos del 2023 de Tinkernet. Estos no los voy a poner por orden, dado que su presencia se justifica más en la necesidad de señalar algún elemento concreto de su propuesta que me ha llevado a descubrir o interiorizar cuestiones imprescindibles para el resto de discos. Dado que, a lo largo del año, he ido reseñando muchos de ellos, voy a introducir algún comentario que explique su presencia o aquello que considero importante.
Antes de empezar, es importante señalar que algunos discos se van a quedar fuera por una cuestión de tiempo, como es el caso de Pura Sangre de Israel Fernández y Quaranta de Danny Brown, ambos recién publicados y ambos con una factura verdaderamente notable. Y, otros, lo harán por una mera cuestión de espacio y por la obligación de elegir. Es el caso de algunos tan notables como Pardoner, cuyo disco Peace Loving People recuperaba la esencia de la edad de oro del indie norteamericano y lo traía de vuelta de una forma muy elegante, o de los difuntos Fixtures y Life Strike, con interesantísimas propuestas en las coordenadas de un pop con grandes influencias del punk en el segundo y el hardcore en el primero y cuyos discos me invitaron a investigar en sonidos que, para mi, han sido muy fructíferos. En este mismo lugar, también se encuentra el disco de Colored Lights, que ha resultado ser una sorpresa absolutamente inesperada, meses después, no consigo quitarme de la cabeza ese precioso Warm Jets. Aunque, quizá, el más relevante de este grupo de bandas fuera de carta es el Dead Meat de The Tubs. Un disco pequeño en apariencia pero que, para mi, ha resultado ser un tremendo revulsivo al conjugar muchos de los sonidos que más aprecio con una forma inteligente y bien ponderada de entender el power pop. Entre las que se quedan fuera, también cabría citar a bandas de la talla de Teenage Fanclub, Pavement o Lemonheads. No entran por muy poquito y, realmente, cualquiera de ellos podría ocupar cualquiera de los espacios de esta primera tanda de discos que constituye la sección de fuera de la competición pero tengo que cortar en algún sitio y ha sido por aquí.
Como de costumbre, mis discos pueden ser consultados en Bandcamp (Estos días estoy empezando a comprar tmb en Qobuz) y la lista completa de lo que he estado escuchando durante este año puede ser consultada aquí (cabe mencionar que muchos discos se van a ir moviendo y que la foto de hoy, no se parecerá mucho a la del final de año). Sin más preámbulos, vamos a comentarlos.
Lista de Discos del 2023: Fuera de Carta
#0.01 Waiting Here (2023) - Tough Age
La importancia de este disco, para mi, radica en ser una de las llaves principales a un punk diferente. Aunque, lo que más saco en claro es que me dio la base suficiente para ser capaz de interpretar todo un universo al que estaba a punto de llegar y en el que he tenido la suerte de recalar en este 2023. Así, me sirve de entrada para profundizar en la obra de grupos tan interesantes como Superchunk, Lemonheads, The Pains of Being Pure at Heart y un sinfín de nombres vinculados al Power Pop y el punk, cuyo interés descubrí en ese pequeño y lejano deje a Replacements que se vislumbra en los temas de este álbum. Una vez leí una entrevista en la que Westerberg se llamaba a sí mismo punk, nunca lo había entendido hasta que escuché a Tough Age.
#0.02 Plastic Eternity (2023) - Mudhoney
Este disco no lo reseñé en su momento, pero ha resultado ser de los más importantes del año. Aparece en esta lista y no en lo mejor del año, porque Every Good Deserve Fudge le ha quitado el puesto. Sin embargo, le debo el llegar a entender lo que es el garage, el fuzz, la psicodelia y las guitarras físicas y sudorosas. No es que en Plastic Eternity se prodiguen demasiado. Más bien, es un disco contenido en las intenciones y preciso en su ejecución. Cuenta con la factura de Mudhoney y, por tanto, es sobresaliente en todo, aunque no sorprenda a nadie y sea evidente que no se juegan nada. La falta de artificios, una producción notable, el saber hacer y la experiencia de estar pasándoselo bien y punto, es algo que le da una sinceridad muy accesible y que hizo que yo conectara de forma instantánea. Pero, además, este disco encerraba en sus temas un enorme número de pistas a las que iría volviendo a lo largo del año de forma insistente y casi obsesiva. Suyas son las claves que ayudaron a comprender la potencia de discos como Nonagon Infinity, The Dream o Intercepted Message, que hoy me son tan queridos. Pero, también, las que me ayudaron a trazar una línea comprensiva entre el grunge que me interesa, con obras tan notables como Badmotorfinger, Ultramega Ok, Bleach y, sobre todo, Every Good Boy Deserve Fudge, llegando incluso a sentar las bases de mi interés por comprender qué es lo que había, de verdad, en No Code. No está en la lista, pero sin él no habría ninguna lista posible.
#0.03 Radio City (1974) - Big Star
De los tres discos que publicó Big Star, este no es el más significativo, siendo el primero mucho más famoso y el tercero mucho más citado como influencia. Sin embargo, para mí, es Radio City el que encierra muchos de los sonidos y los recursos que luego más apreciaré en algunas de mis bandas preferidas. Es significativo el caso de R.E.M. que son, sin duda, uno de sus mejores alumnos, pero también de los muy mencionados en este espacio The Replacements (Alex Chilton, alma mater de Big Star, será productor de Replacements). Es más, su influencia aún hoy, se deja sentir en un sin fin de bandas a lo largo y ancho del globo. Aunque para mi, este disco representa el momento en que soy consciente, de forma fehaciente, de que pueden existir grandes pasajes de guitarra y un sonido metálico y potente fuera del metal. Parece una tontería, pero conseguir encontrar partes de guitarra, con una factura técnica notable, al servicio de melodías pop, para mi, ha sido todo un salto hacia delante en mi propia comprensión de lo que quiero en la música y eso, es lo que representa Radio City.
#0.04 Everything Was Beautiful (2022) - Spiritualized
Para mi, se trata de uno de los discos más bonitos y más ricos que he escuchado en muchísimo tiempo. Es más, siento una profunda debilidad por Spiritualized, siendo una de mis bandas preferidas y una de esas a las que vuelvo una y otra vez. Este es, quizá, mi preferido pero el anterior, And Nothing Hurt, es igual de interesante. Ahora bien, mi amor por Spiritualized esconde la asunción, de dos ideas fundamentales y cuyo impacto en todo lo que he escuchado este año es capital. En primer lugar, el paso del tiempo y la maduración personal que implica abrirse a sonidos realmente lejos de mi propio imaginario y, en segundo lugar, dejar de pelearme con el deber ser y aceptar que las cosas son lo que son y eso está bien. Ya solo, esas dos enseñanzas le dan a este disco una personalidad única entre mis discos y representa mi propia expansión personal. Será muy relevante en mi acercamiento a Remain in Light, aunque no suenen a lo mismo.
#0.05 Perennial (2023) - Woods
Cuando anunciaron este disco, decidí entrar de lleno en su obra y lo hice con tal convencimiento que no tardaron en convertirse en uno de mis grupos preferidos. De nuevo, como ocurría con Plastic Eternity, Perennial se queda en fuera de la lista, porque su puesto lo ocupa Sun & Shade, pero es muy importante para entender lo que realmente aprecio de Woods. En las canciones de adelanto que fueron publicando, aprendí a apreciar la lisergia de las progresiones suaves de esta banda atravesada por una pulsión folk muy marcada y una pop que sustenta unos fundamentos sólidos, que dan como resultado un ejercicio estético inigualable. Buenas guitarras, una tremenda inclinación esteta y una música bellísima sientan las bases de un disco que me ha abierto muchas puertas en un terreno en el que pensé que ya no quedaba nada para mi. Si no me hubiese topado con ellos a lo largo de este año, nunca habría sido capaz de comprender y de apreciar el Farm de Dinosaur Jr y, por extensión, el Zuma de Neil Young. A Woods, les debo mucho y este Perennial, es sólo la primera piedra.
#0.06 Vs (1982) - Mission of Burma
Mission of Burma son un grupazo y este Vs es uno de los grandes discos de los 80s norteamericanos. Una ejecución notable para un disco ambicioso, complejo y arriesgado como pocos. No se trata de una nueva adquisición, sino más bien de una reafirmación. Si Spiritualized representaba mi propia necesidad de expansión, Vs representa mi voluntad de aferrarme a lo que soy y he sido siempre. Es, en última instancia, el tamiz a través del cual he pasado muchas de las cosas que me han hecho vibrar este año: la presencia de guitarras potentes, con una fuerte personalidad y capaces de desafiar lo establecido para aventurarse en nuevos y muy variados territorios. Mission of Burma son, ante todo, variados e inteligentes y una de mis guías más importantes en la vida. Son muchas las cosas que han inspirado pero, por ejemplo, explican de sobra que volviese sobre el Crazy Rhythms de The Feelies.
#0.07 Afrique Victime (2021) - Mdou Moctar
Más o menos hacia mitad del año, me tropecé con el Amatssou de Tinariwen y, ante mí, se abrieron las puertas del llamado Tishoumaren. Un estilo de música que cuenta con una reinterpretación sui generis del blues y la remezcla con las músicas típicas de los alrededores del Sahara. Mi mente estalló al escuchar este disco y, en seguida, comprendí que había que seguir derribando muros y descompartimentar los sonidos que componen mi imaginario musical. Ya había escuchado cosas parecidas, especialmente en la guitarra de Fela Kuti, pero nada tan cercano y tan interpelante como la guitarra de Mdou Moctar. Puede que este disco no tuviera mucho más impacto, pero a través de él, me he atrevido a salir de mi pequeño microcosmos de música de chicos blancos e incómodos en sus privilegios y he aprendido a valorar la diversidad cultural de una manera novedosa y diferente.
#0.08 The Kinks Are the Village Green Preservation Society (1968) - The Kinks
Le ha tocado este sitio a The Kinks, pero podrían ocuparlo los Beach Boys o cualquiera de los demás grupos clásicos que he estado escuchando este año. Sin embargo, he tomado esta decisión porque este es el principio de muchas de las cosas que he tenido la oportunidad de disfrutar este año y una de las piezas más importantes del puzzle del power pop, el punk y el garage que tan importante ha sido a lo largo de todo este año. La experiencia de escuchar este álbum me ha permitido cerrar un camino que se inició hace más de 15 años con el maravilloso Forever Changes que, junto con Revolver y Pet Sounds, me han permitido dar un enorme paso de gigante en mi conocimiento musical y alcanzar un nivel de desarrollo personal del cual me siento muy orgulloso. Las melodías que componen el álbum, la construcción de una estética propia y atrevida, sumado a una intuición increíblemente afinada, convierten The Kinks Are the Village Green Preservation Society en un faro que me ha guiado no solo por una obra singular e irrepetible, también por todo un universo que llegará hasta nuestros días y que siempre representará la mejor herencia a la que asirse. He aprendido mucho escuchando este disco, de lo que me gusta y de lo que no, de lo que espero que sea un disco y de lo que no. Todo estaba ya en The Kinks, unos cuarenta años antes.
#0.09 American Water (1998) - Silver Jews
Son muchos los aprendizajes que se pueden extraer de este disco. Sin embargo, la que me resulta más importante se escapa del mismo. La primera vez que lo escuché, hace casi un año, decidí que no me gustaba y que era una castaña. En efecto, dado que la mayoría de las cosas que he señalado a lo largo de esta lista me eran absolutamente ajenas, no tenía ni el bagaje, ni el conocimiento para poder valorar lo que hay de bueno en este disco. Sin conocer a Pavement, sin ser consciente de lo que moviliza Brennan y sin tener un conocimiento de lo que es la infraestructura del folk que pretende romper a golpes de indie desgarbado, es prácticamente imposible que se aprecie lo maravilloso de American Water. Por suerte, a través de Woods, me animé a volver a escucharlos y pude conocer uno de los discos más bonitos y más emocionantes que he escuchado este año. Se queda fuera de la lista porque solo me caben veinte, pero su principal enseñanza es que los discos requieren mucho tiempo y un trabajo previo para poder desplegarse en plenitud.
#0.10 After the Magic (2023) - Parannoul
El que, en enero de 2023, ya era el disco del año. Nada más lejos de la realidad, en lo personal prefiero su anterior álbum: To See the Next Part of the Dream y, en concreto, la excelísima White Ceiling. Sin embargo, After The Magic, siempre será el primer disco de bedroom pop que tuve la oportunidad de escuchar y, ya por eso, tiene un puesto destacado en esta lista. Si Mdou Moctar me abrió la mente hacia unas texturas conocidas, pero con un sabor completamente diferente, Parannoul hizo estallar todos y cada uno de los compartimentos de mi cerebro. La escucha de este disco empezó siendo una curiosidad y terminó siendo una impresionante amalgama de emociones que poco a poco fueron transformando mi conciencia y derribando más y más prejuicios. En este caso, se trataba de un chico joven y koreano, lejísimos de mi realidad, que era capaz de, utilizando mis códigos culturales, le debe mucho a my bloody valentine, expresar una emocionalidad desatada cuyo mensaje me era absolutamente ajeno pero con el que era capaz de conectar. Le debo a After the Magic, la certeza de saber que, si este disco me hablaba, sería capaz de comprenderlo todo y podría habitar la alteridad de una forma consciente y cómoda. Este acercamiento explica mi absoluto enamoramiento con discos como el Food for Worms o el Rat Saw God, ambos obras notables pero exigentes con el oyente.
Hasta aquí este primer informe que contiene 10 discos que sirven para comprender mejor el contexto en el que he seleccionado los 20 de 2023 de Tinkernet. A partir de la semana que viene, empezaremos con la primera parte de la lista, del 20 al 10 y, la siguiente, terminaremos por este año.